Viaje de Promoción

Capítulo I: Lima, Chancay, Huaura y Trujillo.

 

Jueves 30 de Julio de 1987. Uno de los días más esperados por cualquier muchacho que cursa el último año de secundaria por fin ha llegado. Amanece en Lima y me levanto sobresaltado. Son las 6:00 AM... ¡Y se supone que debo estar en el colegio a las 7:00 AM! Me alisto presuroso, agarro mis maletas y me embarco en un taxi que en poco tiempo me lleva hasta mi Alma Mater. Aún así, recién logro llegar a eso de las 7:15 AM. Pero ¡caramba! no hay ni diez en el colegio y del transporte ni su sombra.

Conforme van pasando los minutos van llegando más compañeros de la promoción. Al ver que algunos de los que viven cerca aún no llegan, me pongo de acuerdo con Jaime Chang y José Komt Chang para ir a buscarlos. A la espalda del colegio está la casa de Luis Nalvarte y lo encontramos justo cuando estaba saliendo al colegio. Caminamos un par de cuadras más hasta llegar a casa de Iván Martínez (previa escala en una de las bodegas cercanas para reemplazar el cepillo de dientes que olvidé en casa por la prisa) y nos dicen que también ya había salido hacia el Diez de Octubre. ¿Seguimos buscando más gente? Mejor no, no vaya a ser que nos termine dejando el omnibus.

10:00 AM. Todos estamos reunidos e impacientes por el retraso. El número de personas en la entrada del colegio es considerable, debido a que muchos están acompañados por varios familiares. En medio de todo alcanzamos a ver como van de un lado algunos de nuestros profesores acompañantes: Miss Gloria Salazar, el Teacher Alfonso Tan y el infaltable Don Juan León Lara. Precisamente, una de las preguntas más recurrentes entre los integrantes de la promo es saber finalmente en cual de los dos buses viajará Don Juan, ya que, fiel a su estilo, se quiere guardar la sorpresa hasta el final. Como es de suponer nadie lo quiere de compañero de viaje porque suponemos que a sus desafortunados compañeros los controlará al milímetro.

Erwin Zarria saliendo hacia el colegio
Erwin Zarria saliendo hacia el colegio

11:15 AM. Finalmente llegan los dos omnibus que nos llevarán a recorrer gran parte del norte del país. Uno llevará al grupo del 5to. C y el otro al combinado del 5to. A y 5to. B, al cual yo pertenezco. En ese momento todos buscamos rápidamente nuestras maletas, nos despedimos de nuestros familiares (mi mamá llegó justo al final) y nos formamos cada grupo al lado de sus respectivos omnibus. Es entonces cuando pasa feliz a nuestro lado Don Juan, quien filmadora en mano nos da la noticia que será el invitado de honor en nuestro transporte... ¡Nooo!

Sin perder la alegría, mi grupo y yo subimos raudos al omnibus, siendo los varones los que nos acomodamos en la parte delantera del transporte. La idea no le hace mucha gracia al Teacher y a Don Juan, quienes nos invitan a pasar a la parte del fondo para que las chicas viajen adelante y sea más fácil controlar nuestras travesuras (al menos eso creen ellos). Finalmente, los profes también toman sus ubicaciones: la Miss Gloria en la parte delantera, con las chicas y su hijo Ralph; el Teacher Tan y su hijo Dennis en la parte del medio y Don Juan con su hijo mayor en la parte del fondo, junto con los varones del grupo. Y así, aunque con tres horas de retraso, se inicia nuestro viaje de promoción.

Pasado el mediodia el recorrido nos sorprende pasando Ancón y luego el Pasamayo. El sol hace su aparición en medio de un ambiente distendido. Es entonces cuando Nacho Arrese junto con Héctor Che se ponen de pie y extienden sus brazos entre las maleteras de cabecera y comienzan a balancear ligeramente el bus de un lado a otro, ante los gritos destemplados de las chicas y las carcajadas de todos en general. Hora y media después realizamos la primera parada, para almorzar en un pequeño restaurante en Chancay. Las fotos y más palomilladas no se hacen esperar.

Iniciando el Viaje de Promoción
Entusiasta grupo al momento de iniciar el Viaje de Promoción, ubicado en la parte trasera de nuestro omnibus. Aparecemos (de izquierda a derecha) en Primera Fila: Pablo Saenz, Yumín Choy, Percy Rivas y Andrés Ticerán. Segunda Fila: William Mac, Roy Reyes, Héctor Chiong y Sandro Amador. Tercera Fila: Antonio Bardales, David Hayashida, Jorge Tapia y Miguel Wong. Cuarta Fila: Erwin Zarria y Leonardo Chía. Al fondo: Angel Llap, Juan C. Chung, Héctor Che, Martín Macedo e Ignacio Arrese.

2:30 PM. Retomamos el viaje hacia el norte del país. Una hora después el bus hace una nueva pausa. Mónica Rosales se acerca al grupo de los chicos y nos comunica que el Teacher dice que bajen los que quieren tomarse una foto en el famoso Balcón de Huaura, donde estuvo don José de San Martín antes de dar la independiencia al Perú en Lima. Baja un buen grupo y queda para la posteridad una simpática fotografía.

Minutos después retomamos el rumbo. Nos esperaban varias horas de camino hasta llegar a Trujillo. Pero eso no es problema para nosotros. Nos la ingeniamos para pasar el rato, conversando, bromeando y luchando para que los que habían llevado algún pimball por fin se aburrieran de jugar y nos lo prestaran. Con respecto a esto último, mi buen amigo Leonardo Chía es uno de los más asesiados; Lo tengo de compañero de asiento y logro ser el primer beneficiado con el dichoso juguete. Mientras me empeño infructuosamente en superar su más reciente record, comienza a anochecer y la expectativa por lo que podría suceder en medio de la oscuridad aumentaba.

La noche nos sorprende en plena carretera. Se encienden las luces del interior del bus y las palomilladas aumentan cada vez más. Algunos son vencidos por el sueño, y de esto se percatan el Teacher y varios de los muchachos; De inmediato se ponen de acuerdo, se consiguen un pomo de talco y sutilmente llenan de lunares blancos a los dormilones. Se dispara el flash de la cámara fotográfica del Teacher y las carcajadas no se hacen esperar. Minutos después estoy a punto de correr la misma suerte, pero logro despertar a tiempo para evitarme el roche. Ufff. Ya más tarde, a eso de las 9:30 PM, las luces del bus se apagan y resignados nos ponemos a dormir. El frío se hace cada vez más intenso, pero lo podemos contrarrestar con Leonardo gracias a que se le ocurrió traer una gruesa frazada precisamente pare situaciones como esta.

Gente de la promo en el Balcón de Huaura
En pleno atardecer, un variopinto grupo de la promo posa bajo el célebre Balcón de Huaura

11:00 PM. Algunos de los muchachos despiertan y entusiasmados le pasan la voz al resto. A lo lejos se alcanza a divisar una ciudad y, efectivamente, es Trujillo. Media hora después los buses se estacionan a unas cuadras del centro de la ciudad. El Teacher y Don Juan salen a coordinar lo del hospedaje mientras que nosotros, realmente hambrientos pero rodeados por restaurantes cerrados, nos las ingeniamos para llenar el estomago con las hamburguesas de un pequeño lugar cercano.

12:30 AM. Recibimos la orden de agarrar nuestras maletas y dirigirnos hacia el hotel Turismo, ubicado a pocos metros de donde están cuadrados los omnibus. La recepción es muy reducida y por ratos parece dominar el desorden. Nos vamos agrupando de cuatro en cuatro y recibimos la llave de nuestras habitaciones. Yumín Choy, Pablo Sáenz, Leonardo Chía y yo llegamos al ascensor y nos topamos con una inacabable cola... ¡Vamos por la escalera, que más da! Llegamos al segundo piso y de pronto nos topamos con un inmenso pasadizo, el cual nos quita por completo la idea de estar en un minúsculo hotel. Reaccionamos en medio de gente de la promo que sube y baja escaleras buscando frenéticamente sus habitaciones y caminamos varios metros hasta llegar a nuestra habitación, la 253.

Al encender las luces de nuestro cuarto nos topamos con una singular sorpresa: Dos camas para cuatro personas. Caballero nomás, la plata no daba para mayores comodidades, así que nos pusimos de acuerdo para dormir Pablo y Yumín en una cama, y Leonardo y yo en otra. Acto seguido, previo sorteo, uno por uno nos duchamos para refrescarnos luego de un día realmente agotador.

Minutos después, la tenue luz de las lámparas de nuestra habitación nos permiten realizar los últimos preparativos para irnos a dormir. El día parece llegar a su fin cuando, de pronto, comenzamos a percibir movimiento y leve ruido a nuestro alrededor. Yumín se asoma a la puerta y ve que algunos compañeros van y vienen por los pasillos. Cuando está por comentarnos algo, Pablo Sáenz nos llama entusiasmado hacia la ventana de nuestra habitación diciendo ¡miren, miren!. Nos asomamos y vemos que tenemos al frente una habitación similar a la nuestra... ¡pero con chicas!. De inmediato apagamos las luces y nos escondemos tras las cortinas, en medio de bromas y risas. Pablo nos indica que son cuatro de las chicas más guapas de la promo y no lo podemos creer. Más aún cuando lo que vemos son solo sombras tras las cortinas de aquella ruidosa habitación. Pero, efectivamente, eran chicas de la promo, en pijama y dándose de almohadazos sobre las camas que habían juntado para dormir más abrigadas. Las hormonas nos invitan a soñar con que con suerte podremos ganarnos con algo más... Yumín se lanza y les dice ¡Holaaa!. Las chicas dejan los saltos y nos responden el saludo, siempre escondidas tras las cortinas. ¿Quién eres? dice una de ellas, riendo secundada por las demás. Repentinamente, cuando estamos por responder, se escuchan voces, bromas y más risas de varios cuartos cercanos. Esto nos corta la viada pero el ambiente en general se pone bueno. Yumín no lo piensa mucho y decide escaparse del cuarto. ¡Qué cosa de locos!. Nos ponemos a discutir entre Pablo, Leonardo y yo, para ver si también nos escapamos. De pronto se percibe mucho mayor movimiento en los pasillos. Pablo se asoma a la puerta y alguien alcanza a decirle que no salga... ¡Don Juan está chequeando los cuartos!. ¡Ya se fregó Yumín! pensamos. Mientras especulamos sobre todo lo que podría pasar con él, nuestro amigo retorna a la habitación, agitado, asustado... pero muerto de risa. Con las justas alcanza a contarnos que pudo escaparse de Don Juan, pero que el piña de Toño Bardales no tuvo la misma suerte y no le quedó otra que soplarse la llamada de atención correspondiente.

3:30 AM. Ahora sí, es hora de irnos a dormir. Don Juan ha decidido pasar el resto de la noche en el pasadizo junto con su hijo y el profesor Tenorio, quien viene acompañando a la gente del 5to. C. La tranquilidad parece estar asegurada. Sin embargo nos preguntamos: ¿aguantarán el sueño?...

Escrito por Erwin Zarria